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Descubriendo el mundo, una terapia poderosa

Querido Viaje,

Hoy, quería tomarme el tiempo para hablarte y agradecerte por todo lo que me has brindado. Has sido el maestro de mi bienestar.
Has apaciguado mi cuerpo y mi mente.
Me has permitido reconectarme con lo que necesitaba y descubrir una belleza oculta.
Me has dado el valor de escapar, de salir de mi zona de confort y me has mostrado el mundo que me rodea.
Has sido mi terapia, mi descubrimiento personal, mi tratamiento y mi remedio.
Así que, querido viaje, te agradezco.

 

A menudo han intentado disuadirme:
«¿Por qué te vas? ¿Por qué nos dejas? ¿Y si te pasa algo? ¿Dónde vas a dormir? ¿No tienes miedo de estar sola? ¿Y si te enfermas? ¿Cuándo te veremos de nuevo? Y cuando regreses, ¿no tienes miedo?» Pero mi intuición me convenció, y partí a descubrir cada continente, aún más presente.

De una soledad impuesta a una soledad deseada, aunque solo por un instante. Porque cualquier viajero solitario te dirá: esta soledad compartida nunca te deja solo.
Cada encuentro, cada experiencia, cada paisaje me han permitido transformarme y evolucionar.
Me has mostrado la belleza del mundo, la riqueza de sus culturas, la diversidad de sus habitantes.


Es un salto al vacío, orientado hacia lo desconocido

Es un descubrimiento exterior para un viaje interior.
Es una búsqueda de uno mismo donde la identidad se despliega.
A veces, el cuerpo debe apartarse para que la mente encuentre su camino.

Gracias a ti, Viaje, descubrí la alteridad, el vínculo con los demás, la apertura.
Me enfrentaste a decisiones y elecciones.
Pero también me enseñaste a confiar en mi intuición, a escucharme a mí misma.
Me permitiste enfocar mi mirada en cosas positivas, cambiar mis puntos de referencia y desafiar mi zona de confort.
Me pusiste en peligro, pero supiste atraparme.

 

Me enseñaste a reír

A enfrentar la vida con más ligereza, a ver una realidad diferente y una autenticidad real.
Me brindaste la oportunidad de reflexionar sobre lo que realmente quería, desafiarme y ponerme a prueba.
Me enseñaste a abrirme a los demás, a compartir asombro y dificultades.
Nunca sola, me brindaste la oportunidad de hacer conexiones mágicas con seres únicos.

Gracias por permitirme sentirme viva, llena de energía y amor.
Por haberme dado la oportunidad de tomar distancia y acercarme a mis intereses.
Por desafiarme y mostrarme nuevas perspectivas. Por brindarme confianza y paz. Por ayudarme a desarrollar gratitud que te dedico cada día.
Gracias a ti, soy más fuerte, más segura de mí misma y más consciente.

 

Me permitiste crecer, florecer y realizarme

Fuiste una terapia increíblemente poderosa que me permitió confiar en la vida, en mi vida.
Así que, gracias, Viaje, por todo lo que me has dado.

 

¿Y tú, cuándo tendrás la oportunidad de descubrir tu propio Viaje?

 

Con toda mi gratitud,
Una viajera agradecida.

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